////////
la ananda de Ariadna dice:
enero 17, 2013 a las 9:05 am
COMENTARIOS DE AMARZZ AELIN [a través de Google+]

Una reflexión..:
En su existencia trascendente la obra de arte es un desnudar parte de la voluntad, en un sentido intenso, de quien la origina. Parece un desvelar y dejar interpretarse de la voluntad (en lugar de la última expresión de la Verdad) tal como un hechicero maquínico del símbolo, no un sacerdote -recuerdo el sentido amenazador de las Cariátides del Erecteión, leyendo en la Wikipedia). Más que parecer trascender la experiencia ordinaria seduce a quien la contempla a esto. Así, la sinceridad puede o no estar en el momento de componer. La obra de arte, que siempre prefiero llamar actividad creativa, no deja de ser por su saturación contextual y su cantar a lo hondo de uno mismo (“régimen de trascendencia”) el acto comunicativo entre animales.
Parte de su naturaleza social-homeostática que se resuelve celebrativa. Afectos·Posiciones·Deseos·Fugas···Cultura···…
Su raíz me parece necesariamente la existencia comunicativa por lo que la creatividad es inevitable ·toda actividad abarca (“régimen de inmanencia”). El transformarse y después radicalizarse de esta creatividad en obra de arte se me presenta como parte del aprendizaje (y también despropósitos) de las culturas en la gestión de la atención.

La empatía crea casi una inevitabilidad mímica /cada rostro dibujado tienta a su emoción/, que la cultura vuelve en el papel casi una obsesión… pero al final deviene en escuela artística. Un juego de ballenas, color avellana a veces, color oscuro otras,… hasta que la mercancía, con su propio proceso maquínico, arrasa, las pervierte en su voluntad, nos margina de y en ella con la figura del artista y las palidece (“como las verduras del supermercado… como sin aura”). Llegados aquí quienes sentimos esto optamos por mil opciones, y se hace de esta subversión parte del contenido. Con agrado se comprueba al tiempo que, pese a que la mercancía nos martillea para el trabajo distanciándonos de la lucidez y este contacto con la expresión, de una manera u otra, el proceso de afecto inevitable inicial, lo empático y comunicativo, nunca se ha roto…